¿ ATENDEMOS NUESTRA CASA ?
Me refiero a la única casa importante para nosotros. No la de paredes de ladrillos y pisos de madera, esas paredes no oyen y por suerte la de nuestra verdadera casa, nuestro cuerpo, sí oyen. Y quedan grabadas en ellas todas nuestras vivencias, que se revelan en cada uno de nuestros movimientos, gestos y expresiones.Esta casa que nos acompaña siempre, que acompaña nuestra alma a lo largo de nuestra vida lleva nuestro nombre y somos los únicos propietarios. Claro, que a veces, parece que hubiésemos perdido las llaves y se encuentra deshabitada. Es decir nos hemos perdido de nosotros mismos, no sabemos quienes somos ni adonde vamos. Y como si esto fuera poco le damos el control a otros, al médico, al terapeuta, a los políticos, al marido , al amante, a cualquiera menos a la persona indicada para que cuide de él: nosotros mismos.
Nuestro cuerpo es nosotros mismos. Alberga a la inteligencia, los sentimientos y al alma. Por ello urge que tomemos conciencia de él, porque eso significa abrirse a la totalidad de ser.
La clave está en nuestras sensaciones
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